
SANTITO La Pelicula
¡TU PUEDES! Por Manny Montes
Nuestra vida fue creada para que cada uno de nosotros encuentre para qué fue diseñado, cumpliendo su propósito en la tierra. ¿Quién lo determina? Nosotros mismos. El entorno donde me crié fue muy complicado. La mayorÃa de los varones en mi familia habÃan estado presos, con problemas de drogas o alcohol. Mi mente estaba resignada a que mi destino era terminar asÃ. Tomé muchas malas decisiones en mi juventud que como consecuencia me llevaron a tocar fondo, pero un dÃa tomé la decisión de pensar diferente, siendo la única persona en mi hogar que visitaba la iglesia.
No fue fácil. Cuando llegaba al barrio, mis amigos se reÃan de mÃ. Mi hogar estaba cargado de problemas y aún asà tomé la determinación de pensar diferente, aunque las circunstancias que me rodeaban no me decÃan lo mismo. Comencé a desarrollar ideas de fe y esperanza, trazando mi destino.
Yo no querÃa terminar en una cárcel o estar esclavizado en el bajo mundo. QuerÃa ser un joven diferente. Retomaba mis sueños dibujando mapas y visitaba la biblioteca de mi pueblo solo para ver los paÃses que querÃa visitar cantando, llevando el mensaje de lo que Dios podÃa hacer en la vida de un ser humano. Al principio me eché a reÃr y estaba convencido de que ese joven soñador y triunfador no era yo. Miraba mi realidad y me frustaba; ya estaba cansado de vivir una vida totalmente vacÃa y solo de apariencias.
Entonces fue que decidà darme la oportunidad y dejar de vivir independientemente, y empecé a caminar de la mano de Dios, aferrado este pasaje bÃblico: "Si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios se le levantó de los muertos, serás salvo" (Romanos 10:9).
Desde que tomé la decisión fui determinante. Ya no era aquel joven cabizbajo y vacÃo. Entendà que mi destino era triunfar en la vida y no ser uno más en las estadÃsticas de la vida obscura de la calle. Recuerda: "Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8).
Dios no mira nuestro alrededor. Nuestro padre no tiene distinción de personas. Si lo hizo conmigo, lo puede hacer contigo. Tú lo puedes hacer. Hoy por hoy, he viajado a 30 paÃses, a mis 30 años de edad, llevando un mensaje de fe y de esperanza, gritando a voz en cuello sobre aquel que cambió mi destino para siempre: Dios. Él lo puede hacer contigo.
"Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su gran misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos" (1 Pedro 1:3).